Con el paso del tiempo he experimentado con distintos tipos de fotografía, y definitivamente, robar momentos inesperados es mi pasión. Mi misión es lograr que las personas se sientan cómodas con mi presencia y que no se intimiden con mi cámara; sólo así es posible lograr el tipo de imagen que me gusta: natural, pero además que refleje la esencia del fotografiado.

En el extremo opuesto de la expresividad humana, está mi otra pasión. Las estructuras que se expresan sin emociones; inmóviles y en silencio, hablan de conceptos como grandeza, modernidad, ingeniería y diseño. Me ilusiona registrar el espíritu de lo que ese escultor anónimo soñó alguna vez para su creación. Presionar el disparador en el instante preciso para fotografiar ventanas tipo espejo, columnas curvas, geometrías básicas, y a las personas interactuando con y sobre ellas; grandes esfuerzos humanos para la creación la creación de esos espacios deshumanizados.

lugares robados